«Maestras», en el Thyssen

Rocío de la Villa. Comisaria de la exposición. Feminista. Catedrática de Estética y Teoría del Arte en la Universidad Autónoma de Madrid.

«En contestación al borrado histórico, Maestras presenta por primera vez en España un recorrido feminista por la contribución de artistas mujeres a la historia del Arte desde finales del siglo XVI a las primeras décadas del siglo XX. A través de ocho temas relevantes en el camino de las mujeres hacia la emancipación, en este relato se combina la historia del arte don la historia de las ideas y se exploran aspectos estéticos, sociales y políticos. La conjunción entre períodos históricos, géneros artísticos, estilos y temas, es la trama sobre la que se vertebra esta muestra, y se pone de manifiesto como estas artistas abordaron cuestiones candentes en su época, tomaron posición y aportaron nuevas iconografías y miradas alternativas. Inspirada en la noción actual de sororidad, la exposición destaca lugares y períodos en los que coinciden las artistas, mecenas y galeristas que comparten valores y son conscientes de iniciar nuevas tradiciones. En ocasiones, supieron sacar provecho de condiciones socioculturales y teóricas favorables y excepcionales en el sistema patriarcal. En determinados momentos, contaron también con el respaldo y apoyo de sus maestros, colegas, maridos, hermanos, coleccionistas o marchantes. Pero incluso en los períodos más adversos, se opusieron a la misoginia y a las normas establecidas para ellas. Maestras es una exposición de mujeres que representan a mujeres y sus intereses. Mujeres cultas, cosmopolitas y comprometidas que recibieron los más altos reconocimientos simbólicos, teóricos y materiales, como modelos de talento, profesionalidad e independencia».

La exposición realiza un itinerario de las obras de las artistas mas relevantes desde finales del siglo XVI a las primeras décadas del siglo XX, dibujando ocho secciones significativas en el trayecto que recorrieron las mujeres en sus avances en la lucha hacia su emancipación. Se realiza un análisis comparativo de la unión de los periodos históricos, géneros artísticos y temas pintados como esencia principal que estructura la línea del recorrido de la exposición, certificando cómo las artistas plantean polémicas candentes de su tiempo, asentando sus reclamaciones y aportando nuevas representaciones y posiciones alternativas.

CINE «MAESTRAS»

PDF escrito, dirigido y elaborado por Laura

Maestras reúne unas 100 obras desde finales del siglo XVI hasta los años 30. Hay pinturas, esculturas, obras gráficas y textiles de diferentes formatos de unas 70 artistas.

Son obras de mujeres que representan a mujeres y sus intereses. La exposición está dividida en ocho bloques.

Violencia de género

Hubo tres generaciones de pintoras en Italia desde 1595 a 1665 que abordaron antiguas histoiras de confrontación entre hombres y mujeres. Judit, Yael, Susana o Porcia introducen el tema de la violencia de género desde un punto de vista femenino y defienden la participación de las mujeres en momentos decisivos en la Historia.

En muchas de estas obras, las mujeres agraviadas se representan como heroínas castas y prefieren que las protagonistas aparezcan con otras mujeres, subrayando la complicidad entre ellas y sacándolas del aislamiento habitual de las composiciones de los hombres.

Otro hecho que llama la atención de estas primeras obras es que la mayoría de ellas están firmadas y fechadas, a pesar de que la firma de las mujeres no tenía ninguna validez legal y que en aquella época era raro que los pintores firmaran sus obras.


1.- Artemisa Gentileschi. (Italiana) «Judit y su doncella». siglo XVII.

–Pertenece al Barroco y la mayoría de sus obras tienen una gran influencia de Caravaggio. Aprendió a formarse en el taller de su padre. Desarrolló numerosos temas históricos y religiosos, con gran presencia de personajes femeninos. A los 18 años fue violada por su maestro y amigo de su padre, a partir de ese momento, esto marcó su pintura. Tuvo que soportar un juicio durante siete meses, la sometieron a torturas en los dedos y a exámenes ginecológicos, pero siempre mantuvo el testimonio de la violación. El pintor fue condenado a un año de prisión y al exilio. La violencia de algunas escenas de Judit decapitando a Holofernes, ha sido interpretada como un deseo de venganza por la violencia que ella misma había sufrido.


Artemisa pudo casarse después con otro pintor gracias a un matrimonio arreglado por su padre. Tuvo un gran éxito como artista y fue muy valorada.

El cuadro representa la historia bíblica de Judit, una viuda israelita, que logró salvar a su pueblo de la invasión asiria, matando al general enemigo. En esta obra se representa el instante en el que las dos mujeres se preparan para dejar la tienda de Holofernes. tras haberle decapitado, con el temor de ser descubiertas por los soldados asirios. Ambas mujeres están representadas de cerca, con un encuadre estrecho. Ambas están inmersas en las sombras, iluminadas por una luz que parece ser de una vela, que viene de la izquierda del cuadro. Muestra a las protagonistas deteniendose en su marcha. Dos figuras simétricas. Parecen desempeñar el mismo rol. Hay un silencio cómplice. Judit, aquí no es ni joven ni vulnerable, sino una mujer fuerte de mediana edad. concentrada y que sabe lo que hace y ayudada por su sirvienta, Abra, que sostiene la cesta con la cabeza de Holofernes, como si fuese la colada, y un amplio turbante en la cabeza realizado con varias tonalidades de blanco y amarillo.

La mirada de Judit es de preocupacion y su mano en el hombro de la criada parece quererla contener, como turbada por un rumor exterior. La dirección de la mirada de ambas contradice la posición de sus cuerpos. Su concentración en un punto indefinido nos inquieta, no sabemos lo que va a pasar.

En la empuñadura de la espada está la cabeza de Mudusa. La oreja de Judit destaca por el mechón ensortijado y el pendiente trabajados con gran habilidad por la pintora.


2.- Fede Galizia (italiana, 1578 – 1630. Nació y murió en Milán). «Judit con la cabeza de Holofernes». Siglo XVII

Trabajó en el Renacimiento, pero sus principales obras son del Barroco.

Aprendió a formarse en el taller de su padre que fue un pintor de miniaturas, seguramente por eso tuvo tendencia al detalle en sus pinturas. Su tratamiento de las joyas y la vestimenta la convirtieron en una retratista muy buscada. También se dedicó a la pintura religiosa y profana. Realizando encargos para iglesias. Nunca se casó.

Muestra a Judit sosteniendo la cabeza decapitada de Holofernes en su mano izquierda, mientras que con la derecha sostiene un cuchillo ensangrentado.

Judit está en el centro y la cabeza de Holofernes en un ángulo diagonal que crea una sensación de movimiento y tensión. Judit está representada de forma muy realista, con detalles como las arrugas de su vestido y la textura del cuchillo. La criada sostiene el barreño donde va a depositar la cabeza.

Fuerte contraste entre los tonos oscuros y claros. El fondo es oscuro y sombrío lo que resalta aún más las figuras de Judit y la cabeza de Holofernes.

Repetirá esta obra hasta en siete ocasiones, en diferentes formatos y soportes. Esta está realizada para Margarita de Austria. La fecha y la firma aparecen en la hoja del puñal.




3.- Lavinia Fontana. (italiana). «Judit con la cabeza de Holofernes». Siglo XVII.

Pertenece al barroco. Aprendió del taller de su padre. Pudo ir a estudiar a la universidad de Bolonia. que aceptaban mujeres. Se casó con un pintor del taller de su padre, pero para hacerlo puso la condición de poder seguir pintando, por lo que su esposo se encargaba de la casa y se convirtió en su ayudante, mientras ella pintando iba acumulando una gran fortuna. Su fama le permitió representar temas históricos y mitológicos y fue la primera mujer del mundo occidental en recibir encargos públicos de desnudos.

Su legado abrió el camino a otras muchas mujeres artistas. Los cuadros de Lavinia están llenos de detalles. Reproducía a la perfección los abalorios, las perlas, los encajes. El uso de colores fuertes es una influencia de la escuela veneciana, Hay documentadas más de 135 obras suyas, aumque sólo se conservan 30.


Se autorretra ella con la cabeza de Holofernes. La artísta utiliza una técnica de pincelada suave para crear una atmósfera de movimiento y dramatismo en la escena. Judit está en el centro sosteniendo la cabeza de Holofernes, mientras su sirviente espera en segundo plano con la cesta para poner la cabeza. La luz y la sombra en la pintura añaden profundidad y dimensión a la escena. Los tonos cálidos de la piel de Judit contrastan con los tonos fríos del fondo, creando una sensación de tensión y conflicto en la imagen. Los tonos dorados y rojos acentúan la belleza y la fuerza de la heroína. La joven luce gemas azules que simbolizan la pureza y la castidad de las mujeres, y las perlas, símbolo de riqueza.

Este cuadro es un encargo de una viuda. Es muy similar al anterior y se realizó tan sólo un año después.


4.- Artemisa Gentileschi. «Susana y los viejos». S. XVII.

Una historia de la Biblia cuenta que Susana era la esposa de un hombre rico a cuyo jardín acudían los judíos cuando tenían un pleito. Dos jueces ancianos que la frecuentaban a menuda aprovechaban para contemplarla cuando se bañaba en el estanque del jardín y en una ocasión en la que la encontraron sola la violaron.

Fue acusada de haber cometido adulterio y condenada a muerte, pero cuando iba a ser lapidada el profeta Daniel separó a los viejos jueces para preguntarles y al contradecirse, la virtud de Susana quedo restituída y los jueces ajusticiados por el pueblo. (la casta Susana). Esta historia fue muy utilizada por los artistas durante los siglos XVI y XVII porque permitía abordar una escena cargada de erotismo y mostrar sus dotes para representar el desnudo.

Artemisa realizó varias variaciones de este tema. Esta es una de las más llamativas por su sensualidad. En esta representación de Susana, todavía no había sido violada.

5.- Artemisia Gentileschi. “Susana y los viejos”. S.XVII

(Hemos hablado antes de ella con el cuadro de Judit y la criada)
Esta fue la última representación que hizo del tema.
En lugar de retratarla como una víctima pasiva, como era común en
la época, aquí Susana ya no es tan joven, es una persona fuerte que
se encara a sus sorprendidos acosadores.
Recordemos que ella misma había sido violada.

El momento escogido aquí para representarla es cuando ya completamente desnuda y a solas, se va a introducir en el baño y es asaltada por los viejos e intenta taparse.

Con pocas líneas y pocos colores tenemos un baño interior, separado del exterior por un muro (observar la transparencia del agua). Aquí no pretende que nos fijemos en el jardín sino en el horrible suceso que va a acontecer. Los tres personajes están en el mismo plano y la composición triangular y el manto rojo del de arriba parece amedrentar y dominar más a la víctima. Ellos están unidos compartiendo el secreto y elaborando juntos el perverso plan.


Artemisa Gentileschi. «Yael y Sísara». 1620.

La historia es semejante a la de Judit. Yael, personaje femenino del Antigüo testamento, aparece cono una heroína virtuosa que asesina a Sísara mientras duerme para salvar a Israel de las tropas de Jabín, rey de Canaán, atravesando sus sienes. En la Biblia se habla de estaca y mazo, aquí se han refinado las herramientas (martillo y clavo). Sísara había sido derrotado por los israelíes y había huído a un pueblo cercano. Allí Yael le engaña prometiéndole refugio y alimentos.

Toda la violencia queda congelada, como en suspenso. Yael parece compasiva, resignada a llevar a cabo la acción, pero sin ensañamiento alguno. Su expresión es más bien reflexiva. Parece tranquila, no refleja el esfuerzo necesario para realizar un fuerte golpe. Hay una atmósfera de calma, el guerrero parece que apoya su cabeza en el regazo de la joven. El vestido dorado de Yael contrasta fuertemente con los rojos y azules de la ropa de Sísara, simbolizando su virtud y victoria inminente. Es interesante también observar el elegante peinado y la sensación de lujo. La luz y la sombra se utilizan para resaltar los detalles y la textura de los objetos y las figuras, con lo que se ve como una imagen muy realista. El rostro de Sísara se ha identificado con el de Caravaggio. La firma de la obra está en el pilar del fondo, junto a la mano derecha de Yael, pretendiendo resaltar su autoría.

Inspirada en uno de los pasajes del Libro de los Jueces del Antigüo Testamento, la historia es muy semejante a la de Judit. Yael es la heroína virtuosa que asesina a Sísara para salvar a Israel de las tropas de Jabin, rey de Canaán, atravesando sus sienes. La contundencia de las herramientas utilizadas en el pasaje bíblico (estaca y mazo), aunque aquí refinadas, se corresponde con la rotunda composición, en ángulo recto. Yael, con gesto de resignación, parece perforarle el oído para trepanar la misoginia de la mente de Sísara y, de alguna manera, ser escuchada.

Elisabetta Sirani. «Porcia hiriéndose en el muslo». S. XVII

Murió con 27 años, pero en sólo 10 realizó más de doscientas pinturas y cientos de dibujos. Es una de las principales pintoras barrocas. Fue humanista, escribió poesía, cantaba y tocaba el arpa. Sus obras están llenas de detalles. Se especializó en pintura religiosa como buena barroca. Fundó una de las primeras escuelas europeas dirigida específicamente a mujeres artistas. Muchas de sus alumnas llegaron a ser grandes pintoras. En sus cuadros era habitual mostrar la fortaleza femenina.

En este cuadro representa a la hija de Catón y esposa de Bruto, uno de los asesinos de Cesar. Consideraba que su esposo la veía sólo como un adorno y no le hacía participe de sus planes. Porcia se sentía ninguneada porque su marido no le contaba nada de la conspiración y para demostrar que era tan fuerte como un hombre, se acuchilló el muslo, resistiendo un día completo, demostrando que podía mantener el secreto incluso bajo tortura. Bruto no volvió a ocultarle nada, aunque la terminó abandonando. Mientras Porcia aguanta el dolor, se ve al fondo a unas mujeres hilando lana, aludiendo a las pacientes tejedoras como Penélope. De nuevo, las mujeres que solían estar excluídas de las historias de los hombres, aquí son personajes activos.

Botánicas

Mujeres de la nobleza y de la alta burguesía crearon jardines experimentales, se relacionaron con botánicos miembros de sociedades científicas y se rodearon de artistas que representaban sus hallazgos, muchos de ellos eran mujeres.

Muchas mujeres aprendieron a dibujar o pintar al óleo, otras bordaron flores o recortaban formas vegetales en papel. Se ven algunas de sus obras en la exposición.

En el siglo XVII y XVIII las pintoras de bodegones alcanzaron gran fama. Pero tras la publicación de la clasificación de Linneo, se denegó a las mujeres el permiso para trabajar en la repoducción de las plantas, por temor a que se vieran influenciadas por el «libertinaje» de las mismas. Desde tiempo atrás las mujeres humildes que sabían de plantas habían sido perseguidas acusadas de brujería, esto se prolongó en Europa hasta el siglo XVII marginando sus conocimientos y oficios.

Francoise Duparc (francesa). La vendedora de té·. Siglo XVIII

Pintura barroca. Viajó mucho por Europa y se estableció en Londres, dónde destacó como retratista. En sus obras destaca la sencillez, abundan las escenas de la vida cotidiana, de gente común en las calles o los hogares. Se concentró especialmente en la figura humana. Este cuadro es un homenaje a las mujeres de las que estamos hablando, con conocimientos de plantas… Toda la atención es para ella, no hay adornos ni personajes secundarios. Una figura que rinde homenaje a las mujeres perseguidas por sus conocimientos botánicos y consideradas muchas veces brujas y relegadas del mundo de la botánica a partir de la ciencia moderna.


Clara Peeters (Belga). «Bodegón con flores, copa de plata dorada, almendras, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre». Siglo XVII.

Pertenece también al barroco. Se le considera una de las iniciadoras del bodegón en los Países Bajos. Fue hija y nieta de pintores. Durante muchos años fue la única mujer artista colgada en las paredes del Museo del Prado con este cuadro. Muy meticulosa en los detalles en distinguir texturas en los reflejos de algunas copas. Sus obras parecen tan vivas que dan la sensación de poder tocarlas y comerlas.


Mezcla frutos, o flores o piezas de pesca y caza con mojitos preciosos como copas de cristal, vajillas de cerámica o metal, monedas de oro… Como una manera de mostrar la riqueza y el lujo en las casas de la burguesía de los Países Bajos en el siglo 17. Fue, por ejemplo, la primera artista que incluyó peces en sus composiciones. Manejaba dos principios de forma armónica. Pon un lado coma que la cena fuese lo más realista posible, y por el otro coma que la disposición de los objetos sobre la mesa parecieran ordenados de manera aleatoria con una distribución que tenga una vista clara y frontal de los mismos. En este bodegón el vino como las flores y los autorretratos podrían aludir a la fragilidad de la existencia. Los bodegones guardan en esta época relación con las ilustraciones científicas que se hacían para catalogar los descubrimientos de la naturaleza. Las flores del bodegón recuerdan a las ilustraciones científicas del siglo 16. Hay pasas, almendras, barritas de azúcar en el frutero, rosquillas, prete celes, 1 de ellos mordisqueado, transmitiendo la sensación de que los que disfrutaron del banquete acaban de irse. Se caracterizó por popularizar el uso de autorretratos escondidos en objetos de las naturalezas muertas, en superficies reflectantes de metales y vidrios. Aquí aparece reflejada en la Copa de plata 3 veces y en la jarra de peltre cuatro veces, con un tocado coma y un gran cuello y un vestido de hombros altos.

Rachel Ruysch. (Holandesa). «Frutas, flores, reptiles e insectos en la linde de un bosque». S. XVIII

También pertenece al barroco. Se especializó en bodegones de flores. Ella y su hermana habían aprendido con su padre que era anatomista y botánico ya había conseguido reunir una gran colección de rarezas y curiosidades naturales en su casa. Representaron mariposas, insectos y reptiles en los bodegones para dar más vida a sus composiciones. Se casó con un pintor y tuvo 10 hijos punto fue un artista muy renombrada en su época estuvo en cargos muy importantes. Vivió 85 años. En este bodegón logra crear una composición equilibrada, en la que las flores y los frutos se entrelazan de manera natural y los insectos se mueven con libertad. Los tonos cálidos y fríos se combinan creando una sensación de profundidad y movimiento en la obra. La luz resalta ciertas zonas de la pintura creando un efecto de luces y sombras. Su obra fue muy valorada durante su época, pero después de su muerte cayó en el olvido y solo en el siglo 20 fue redescubierta y valorada como una de las grandes artistas del barroco holandés.

María Sibylla Merian. (alemana) Ilustración del libro “Vida de
insectos en Surinam”. SXVIII

Fue reconocida en su época como una gran naturalista y entomóloga, descubrió con 13 años la metamorfosis, describió con ilustraciones más de 100 nuevas especies de insectos. Consiguió hacer arte con la ciencia punto las mariposas se llaman así por ella. Describió los ciclos de vida de 186 tipos de insectos coma y además de descubrir varias especies nuevas de insectos y plantas y desarrollar un nuevo tipo de acuarela capaz de resistir múltiples lavados sin que los dibujos se vieran dañados. En su época no había interés por los insectos, se creía en la hipótesis de la generación espontánea, según la cual algunas plantas y animales se formaban por una mezcla de materia orgánica entonces composición y barro.

Leyenda del museo Thyssen Bornemisza, en la exposición «Maestras»

Ella durante su adolescencia se dedicó a recoger y criar en casa orugas para observar su transformación. Realizó con 52 años y una de sus hijas un viaje a Surinam que debería haber durado unos 5 años, pero a los 2 años contrajo la malaria y se vio obligada a regresar a Europa. Realizó entonces numerosas ilustraciones del desarrollo de todo tipo de especies endémicas nunca vistas hasta entonces con las que se topó durante su aventura.

En 60 ilustraciones meriam detallaba el ciclo de vida de orugas, gusanos, polillas, mariposas, escarabajos, abejas y moscas. Fue su principal obra, se publicó simultáneamente en latín y en holandés. Los dibujos de plantas comas serpientes, arañas, iguanas y coleópteros tropicales dibujados por ella son considerados incluso hoy en día como obras de arte y coleccionados por aficionados de todo El Mundo.

Sus hijas colaboraron en las ilustraciones y grabados de los libros de su madre. Una de ellas volvió a Surinam y trajo nuevos ejemplares de insectos y plantas para aumentar la segunda edición. Después de su muerte ilustraron y publicaron un tercer libro. Haciéndose numerosas reediciones de ellos. Durante la mayor parte de su vida financió su propia investigación y proyectos científicos. Aunque el alcance de Ámsterdam corrió con algunos de los gastos de su largo y arriesgado viaje.

Antes y después de la revolución francesa las mujeres soñaron con emanciparse y convertirse en ciudadanas. A menudo las aristócratas se retrataron como mujeres fuertes y heroínas de la mitología en escenas muy teatrales. Las artistas también se autorretratan así.

Adelaide Labille-Guiard. (francesa) “Retrato de mujer”. S.XVIII

Neoclásico y rococó. Se especializó en temas de historia y retratos. Retrato algunas de las mujeres que vivían en la corte de Luis 16 y fue muy valorada, tuvo problemas después de la revolución francesa. Hizo campaña para que la Academia admitiera a mujeres y consiguió un puesto como artista en el Louvre. La protagonista, vestida con traje de solapas de Corte Inglés, anuncia el ideal femenino de la revolución francesa, reforzado en la nota que escribe coma en la que puede leerse a mis hijos coma os encomiendo a la amistad, ella os protegerá. Es un retrato de una mujer culta, en un estilo naturalista, espontáneo, fresco. Pincelada llena de luminosidad con gran riqueza y minuciosidad en los detalles y un tratamiento psicológico de los personajes.

Angélica Kauffmann. (suiza) “Retrato de una mujer como una
vestal”. S.XVIII

Pertenece al estilo neoclásico y rococó. Destacó especialmente por sus retratos y pinturas de historia. Su padre era pobre y un pintor mediocre, pero Angélica era muy inteligente y ya con 12 años tenían cargos de nobles y obispos. Tuvo un gran talento para la música y los idiomas, hablaba italiano, alemán, inglés y francés y vivió en varios países de Europa. En este cuadro la dama se presenta ante el espectador como protagonista del mundo clásico, ofreciendo un sacrificio a Minerva.

Esta diosa simboliza la sabiduría, está presente en la cultura que está en segundo término coma y quien porta entre entre otros objetos coma el casco y el escudo.

El pie de la artística pida donde la mujer ha arrojado la ofrenda está decorado con una guirnalda de flores y una serpiente, otro símbolo de la diosa. La mujer no es solo un retrato coma ha pasado a la acción y nos mira directamente.

Los últimos planos tienen una pincelada diluida con la que traza los muros interiores y el jardín de la izquierda. La figura de ella está más acabada, especialmente en el rostro y el peinado.

Louise- Elisabeth Vigée Le Brun. (francesa) “Lady Hamilton como
una bacante”. S.XVIII

Rococó y neoclásico. Fue considerada la artista femenina más importante del siglo XVIII. Su pintura está representada en un centenar de museos de 20 países. Sus retratos mostraban la suntuosidad de la corte francesa y de la nobleza del siglo XVIII, primero la parisina y tras tener que huir por la revolución en toda Europa. Murió con 86 años, siendo una de las pintoras más longevas y respetadas de su época.

En total se contabilizan unas 900 obras , 35 de ellas dedicadas a la reina María Antonieta. Lady Hamilton, mujer de un embajador, daba vida a estatuas clásicas y a cuadros famosos ante sus invitados amantes de las excavaciones arqueológicas

Mezclaba en sus espectáculos representaciones de pintura, danza y teatro que se hicieron muy populares. Envuelta en velos y chales evocaba imágenes populares de la mitología grecorromana. Encargó a una modista que le confeccionase trajes inspirados en vasijas antiguas.

Algunas de sus danzas libres y sensuales pretendían rememorar los frescos de Pompeya, así la retrató la pintora como una vacante con el poder del vesubio al fondo. Banda roja en la frente para sujetar las hojas de Parra. Movimiento exagerado. Hizo hasta cuatro retratos de esta mujer que llegó a ser muy conocida en su época.

Amigas de María Carolina de Austria, las pintoras Elisabeth Vigeé-Lebrún y Ángelica Kauffman conocerían a Emma Hamilton en Nápoles y quedarían fascinadas por su belleza y la retratarían en estas obras de estilo prerrománico. Con sus altitudes, posturas adoptadas en sus representaciones, mezcla de pose pictórica, danza y teatro, Lady Hamilton daba vida a estatuas clásicas y cuadros famosos ante sus invitados, amantes de las antigüedades recuperadas en las cercanas excavaciones arqueológicas bajo el Vesubio. Envuelta en velos y chalés, evocaba imágenes populares de la mitología grecorromana. En ocasiones tocaba la pandereta y bailaba un ritmo ligado a las tarantela, una danza popular ancestral, muy libre y sensual, que sus invitados creían ver representada en los frescos de Pompeya.

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Rosa Bonheur. (francesa) “Pastor en los pirineos”. S.XIX

SECCIONES DE LA EXPOSICIÓN

Pertenece al realismo, pero fue evolucionando hasta el impresionismo coma como se aprecia en esta obra. Fue pintora y escultora. Especializándose en la pintura de animales, ya que de niña tuvo problemas de aprendizaje y para ayudarle a memorizar el alfabeto coma su madre le sugirió que eligiera un animal para cada letra y lo dibujará. Se convirtieron en el tema de todas sus obras. Participó con 10 obras en la Exposición Universal de París de 1867. Era lesbiana, tuvo dos parejas femeninas y a pesar de la intolerancia de la época coma la aceptaron por su talento, allanando el camino a otras mujeres. Obtuvo de la policía el permiso de travestismo coma por lo que estaba autorizada a aparecer en público vestida con pantalones para poder trabajar mejor en las ferias de ganado dónde tomaba apuntes del natural. Buena parte de su obra está dedicada a la vida rural, la ganadería en las trashumancia. Visitó mataderos, asistió como oyente a clases universitarias de anatomía, conoció a zoólogos y naturalistas. Sus obras representan con gran exactitud los animales en su entorno natural, ya que hacía esbozos en las granjas de ellos punto se basaba a menudo en textos literarios y aventuras narradas por viajeros.

Fue la primera artista femenina admitida en la Real Academia de San Fernando. Era de Cádiz, pero se casó con un francés, por lo que pasó la mayor parte de su vida en París. Era pintora y escritora. Como artista se llamaba asimisma anserma y como escritora firmaba como fulana de tal. Realizó numerosas obras relacionadas con el realismo social coma y pintura orientalizante, costumbrismo, retratos y desnudos. En el Ateneo de Madrid realizó la decoración del techo de la gran sala central, aunque no cobro nada. Este cuadro lo presentó en el Salón de París y luego lo envió a Madrid y obtuvo un gran éxito. Representa una fiesta en Tánger a la que había invitado a la pintora para asistir a la ceremonia del nacimiento de un primogénito. Ella comentó que le pareció asistir a una escena de las 1000 y una noches. En el centro una maestra de ceremonias daba las órdenes. Se ve la fortificación, alfombras en el suelo comas ricos atavíos y joyas punto las mujeres cantan con panderetas y Palmas. La del centro de amarillo da las órdenes. En total hay una treintena de figuras.

Alejandrina Gessler. (española) “Fiesta del natalicio en Marruecos”. S.XIX

Marie Petiet. (francesa) “Las lavanderas”. S. XIX

Pertenece a una familia de artistas. Toda su obra está impregnada de realismo, frescura y sensualidad, retratando la vida cotidiana punto en esta obra representa a un grupo de mujeres trabajadoras coma son 7 dispuestas en círculo lo que subraya una sensación de compañerismo, entendimiento y cordialidad. Unas trabajan coma otras charlan o contemplan la escena. Llama la atención la posición erguida coma ya que habitualmente era muy frecuente representar a los trabajadores con el cuerpo doblado asociado a la sumisión. Son figuras individualizadas, De hecho coma se ha localizado el nombre de todas las jóvenes que sirvieron de modelos. Hay detalles como el fogón del fondo coma y la flor fresca en un vaso de agua.

Henriette Browne. (francesa) “Las hijas de la caridad”. S.XIX

Su pintura está relacionada con el realismo coma y se especializó en pintura de género centrado especialmente en un enfoque poco convencional cómo fueron los temas de orientalismo coma y escenas de escolares. Acompañó a su esposo, diplomático francés coma a numerosos viajes, lo que fue muy importante para su formación artística con el descubrimiento de nuevos entornos. Representaba el Oriente Próximo de una manera menos sensacionalista coma aunque exótica coma y que sus contemporáneos. En sus pinturas el harén se muestra como un espacio para la interacción social entre las mujeres en oposición a un espacio de placer sexual para los hombres punto siempre dio prioridad a la mirada femenina. Su posición social y la influencia de su madre fueron fundamentales para su desarrollo como artista. Se han perdido muchas de sus obras. Especialmente se centró en retratos. Sus pinturas fueron atractivas y bien recibidas en Gran Bretaña Y Francia punto las escenas de género de monjas y niños fueron extremadamente populares en Gran Bretaña. Esta pintura fue identificada como una obra maestra, especialmente por su fuerte mensaje moral. Browne mostró un sentimiento y maternalismo extremos, que permitía al espectador simpatizar con estas monjas que cuidan a un niño. Recuerda a la tradición secular, documentada al menos desde la Edad Media, del servicio y cuidado de mujeres fuera del entorno familiar a enfermos y desfavorecidos. El cuadro se realiza 1 año antes de qué se profesionalizarse la enfermería, con la primera escuela laica de enfermería en El Mundo coma En Londres. Podemos observar en la mesa la preparación de los medicamentos, la luz, la sensación de falta de energía del niño y la dulzura de la persona que lo sostiene.

Berthe Morisot. (francesa) “El cerezo”. S.XIX

Fue una de las principales representantes del impresionismo y la primera mujer en acceder a su círculo. Obtuvo el respeto y reconocimiento público de sus colegas varones contemporáneos. Estuvo presente en todas las exposiciones impresionistas, excepto en una por la enfermedad de su hija. Pinto casi hasta el final de su vida punto muy amiga de manet se influenciaron mucho el 1 al otro y se terminó casando con su hermano. En su pintura predominan escenas desarrolladas en ambientes domésticos y de las personas que la rodean, muestra su entorno con gran naturalidad, la clase media francesa a finales del siglo 19. Al abandonar su hermana la pintura por el matrimonio, la tomó como modelo en numerosas ocasiones a ella y a sus hijos coma tanto en la casa como en el jardín. Morisot se hizo célebre por sus pinturas de mujeres en poses lánguidas que oscilan entre la melancolía y la ternura. Durante la realización de esta obra conversó frecuentemente con Renoir sobre el color, su influencia está en las pinceladas de colores morados, en el amarillo lleno de luz y en el rojo bermellón de las cerezas. Morisot utilizó 3 modelos para esta pintura, incluida su hija punto mientras las jóvenes posaban, morisot hacía varias versiones de bocetos en lápiz para estudiar el movimiento y la forma de los cuerpos, optando por colores pasteles. Las ramas del cerezo se mecen con el viento mientras las niñas mueven los brazos para recoger las cerezas que cuelgan oscilante. Se crea una atmósfera de ensueño, muy idealizada, un momento del gozo de la vida, un momento cotidiano, una estampa inocente. Las chicas ni se plantean que pueden ser observadas. Una muestra del vínculo con la naturaleza coma la amistad… Colaboración entre mujeres lejos de la idea de Eva y la serpiente.

Elizabeth Sparhawk- Jones. (USA) “La zapatería”. S.XX

Pintora impresionista. Fue una persona depresiva, que cuando no se encontraba bien quemaba sus pinturas, reduciéndolas a cenizas. Tras permanecer ingresada en un hospital psiquiátrico durante 3 años coma su obra cambió mucho. En esta obra captura las caóticas excursiones de compras de las mujeres cosmopolitas del siglo 20. Mujeres adineradas que se van de compras. Doble rol de las mujeres en Estados Unidos coma cómo trabajadoras y como consumidoras, en un espacio que proporcionaba la ilusión de movilidad social. Se reconoce que son unos almacenes muy famosos de Filadelfia. Podemos apreciar el impresionismo y la justificación del sufragismo activo en ese momento.

«Desayuno en la cama». Mary Cassatt. 1897. Óleo sobre tela. 65 x 73,6 cm. The Huntington Library, Art Collections, and Botanical Gardens. Gift of the Virginia Steele Scott Foundation

Mary Cassat. 1844 – 1926 (USA) “Desayuno en la cama”. S.XIX

Está considerada como la responsable de la introducción del impresionismo en Estados Unidos viajó mucho por Europa y se estableció en París cuando consiguió ganarse un lugar en El Mundo del arte, decidió priorizar su carrera a casarse y tener hijos. Su pintura reivindica el papel de la mujer de entonces coma retratando la vida cotidiana de las mujeres corrientes, la interacción entre madres e hijos. Hizo protagonistas a las mujeres de la clase media y en su última etapa con actitud moderna, siempre firmes y autosuficientes. A menudo utilizó a su familia como modelo. Nueva representación de la maternidad, generalmente centrada en la Virgen y el niño ( patriarcado Virgen como trono). En este caso toma como modelo a su sobrina en una visita a París. Hay distancia entre madre e hija punto la madre la sujeta con firmeza, pero está ensimismada, adormecida y metida en sus propios pensamientos. La niña tiene un gesto ambiguo. Sentimos que estamos interrumpiendo un momento íntimo la cama cuadrada y sólida recrea el marco del cuadro, atravesado por la fuerte diagonal de la madre adormecida. Dominio de la luz natural, las texturas, los pliegues de la ropa de la cama.

Artemisia Gentileschi. «Yael y Sísara». 1620. Óleo sobre lienzo.
Judith Leyster. «Hombre ofreciendo dinero a una joven». 1631. Óleo sobre tabla. Mauritshuis, La Haya.
Francoise Duparc. La vendedora de té. Siglo XVIII. Óleo sobre lienzo. Museé des Beaux-Arts, Marsella.
Clara Peeters. «Bodegón con flores, copa de plata dorada, almendras, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre. 1611. Óleo sobre tabla. Museo Nacional del Prado, Madrid.
Anna Ruysch. Flores en un jarrón de cristal sobre una mesa de marmol. Óleo sobre lienzo. Colección privada, cortesía de The Hoogsteder. Museum Foundation, La Haya.
Marie-Anne Collot, Presunto retrato de Mary Cathcart, hija del barón Charles Carthcart /1721-1776), embajador de Gran
Bretaña en San Petersburgo de 1768 a 1771. 1778. Escayola con pátina de terracota, Museé du Louvre, París, Departement des sculptures.
Adélaíde Labille-Guiard. Élisabeth-Philippine-Marie-Héléne de Francia, Madame Élisabeth. 1788
Henriette Browne. Retrato de Madame Anselma en traje de época de Luis XIV. 1865. Óleo sobre lienzo. Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.
Rosa Bonheur. Pastor de los Pirineos. 1888. Óleo sobre lienzo, Brighton & Hove Museums, Brighton
Henriette Browne. Una labradora norteafricana.1887.Óleo sobre lienzo. John H. Josephson y Carolina F. Zapt
Elena Brockmann. El patio de un parador. 1887. Óleo sobre lienzo. Museo Nacional del Prado. Madrid
Anne Whitney. Harriet Martineau. 1882. Escayola. Davis Museum at Wellesley College, Wellesley, donación de Mrs. Wilson Payne, (Elizabeth Rogers, clase de 1926)
Henriette Browne. Las hermanas de la caridad. 1859. Óleo sobre lienzo. Hamburger Kunsthalle, Hamburgo, Freiherr. Johann Heinrich von Schröder Stiftung, 1910.
Elisabeth Sparhawk-Jones. La zapatería. Hacia 1911. Óleo sobre lienzo. En las últimas décadas del siglo XIX, los grandes almacenes se convirtieron en territorio femenino en las principales ciudades, e incluso fueron reflejo y apoyo del movimiento sufragista, que les amenazó con huelgas de consumo, que éstos contrarrestaron diseñando accesorios con los colores violeta, blanco y verde, como bandas conmemorativas, insignias y bolsas para sus manifestaciones masivas. Sparhawk-Jones se sirvió de los almacenes Wanamaker´s en Filadelfia para plasmar el doble rol de las mujeres, como trabajadoras y consumidoras, en un espacio que proporcionaba la ilusión de movilidad social.
Eloísa Garnelo. Vendimiadoras montillanas. 1891. Óleo sobre lienzo. Colección cabello de Alba.
Marie Petiet. Las lavanderas. 1882. Óleo sobre lienzo. Museé Petiet, Limoux.
Mary Cassatt. Desayuno en la cama. 1897. Óleo sobre lienzo. The Huntington Library, Art Museum, and Botanical Gardens, San Marino, donación de la Virginia Steele Scott Foundation.
Louise Catherine Breslau. Jóvenes. 1893. Óleo sobre lienzo. Bibliothéque-Musée Inguimbertine, Carpentras. La joie de vivre de estas jóvenes esconde un manifiesto. Matriculada en la Academia Julián desde 1875, allí conoció a Madeleine Zillhardt, su pareja durante cuarenta años. Desde el comienzo, Breslau refleja en su pintura la cotidianeidad creativa junto a sus amigas escritoras y artístas. Jóvenes fue realizada en plena madurez y pertenece a su etapà impresionista. Breslau, socia fundadora del Salón de la Société Nationale des Beaux-Arts, fue la tercera mujer - y la primera no francesa- en recibir la Legión de Honor.
Berthe Morisot. Un día de verano. Hacia 1879. Óleo sobre lienzo. The National Gallery, Londres, legado de Sir Hugh Lane, 1917, en alianza con la Hugh Lane Gallery, Dublín.
Marie Cazin. Muchachas.1886. Bronce. Musée D´orsay, Parías, en depóstio en el Musée des Beaux-Arts Antoine Lecuyer, Saint-Quentin.
Zinaïda Serebriakova. Toilette rusa. 1926. Óleo sobre lienzo. Fondation Sérébriakoff, París.

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